lunes, 4 de abril de 2011

otros necesitan la brisa elevada para sobrevivir

El relato de Jgonzález titulado "Los gemelos"plantea la cuestión del otro como necesidad del yo,un clásico en la psicología del diecinueve que parece resucitar en los ochenta después de las actualizaciones que la biología realizó en esta materia.No es de extrañar,que dada su formación médica,Jgonzález se interesara en este asunto de la similitud vital de dos biologías similares.Pero no es hasta que conoce a María Hilfer cuando Jgonzález escribe esta novela corta.Él mismo ha reconocido que es " En mis dos lugares",el poema largo de la Hilfer donde se fija para iniciar su texto en prosa y que es la identificación que dentro de lo poético él realiza con la escritora la verdadera causa del texto."He querido escribir desde la belleza de María H. como si yo mismo fuera
ella o mi pasión por ella que son aquí una misma cosa".Neva,la amiga de Marìa-novia para algunos que creyeron descubrir el mundo-es quien verdaderamente decubre en "Los gemelos"la influencia del poema "En mis dos lugares"y explica en uno de sus ensayos(La Viena de Marìa y Jgonzález)cómo la estética del escritor necesita la busqueda de la escritora;sería como si Jgonzález precisara transmutarse en María para concebir sus textos.Neva defiende la originalidad de la escritora sobre la acción ocurrente del escritor.No será ella quien elogie "En mis dos lugares"dada la eficacia con que el texto la exilia y se vuelca en una concepción fría del amor,pero si es Neva quien destaca el carácter fundacional del texto y no se inquieta el entender su influencia en otros autores.
El texto es largo y exige una atención brutal.A veces dudo si citarlo por su dificultad, no obstante considero interesante exponerlo dado que más adelante aparece el relato de Jgonzáles del que es digno" rehén"("rehén es mi letra de sus pasos" manifiesta Jgonzález).Así pues me he atrevido a transcribir el texto completo de María:

Si somos dos brazos en el agua
y nadamos para suspender cuerpo y cuerpo
en la ladera de la racha blanca de la boca,
si volvemos a nadar cuando besamos
el aire denso de una casa
y nos encontramos tu y yo en el abismo
de un lago transparente
y nada sucede si el silencio permanece
y somos buenos en el vivir y en la siesta,
qué puede pasar si me dedico al desierto
y camino y camino y no ceso ni miro atrás
como una decoradora de estancias.
¿Puede ocurrir que me encierres en tu noche
como una cárcel de tu deseo,como una bala para mi retiro?.
No, mis pasos dan al vacío
y mis cabellos renuncian al atardecer
para que tu seas el principal de mi memoria
pero sin consistencia,como el nexo de un océano con la tierra.
Después no me diste mas tregua
ni tus aliados me perdonaron el dolor
de tus muñecas atadas a mi retina.
Ves,ahora me miras andar entre la arena,
para siempre voy hacia adelante
con un luto viejo en el corazón y el recuerdo.
Zarpa sobre zarpa queda en el salón donde fundamos
el amor quieto y el que fluye por la voluntad de la noche.
Dos soy yo en el precipicio de la memoria.
Una que te funda en mi eterna muerte
y otra que te roza con un corazón limpio.
Dos eres tu en mi posibilidad de amor,
una en mí y lo otro,el río,tu risa,tu nuevo amor en el estanque.
Como gemelos vagamos por un campo abierto
a la ternura de los que oyen el himno definitivo
de una muerte doble en la colina.

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