viernes, 10 de junio de 2011

el zumbido del telar

Que María Hilfer conocía el norte de Africa es una evidencia por su texto "El zumbido del telar",ahí describe una habitación pequeña de un primer piso,donde tres hombres empaquetados tejen con un inmenso calor y mucho ruido unas alfombras.No hay ventilación,solo una puerta pequeña,cerrada,que conduce a unas escaleras estrechas que bajan a la calle.Jgonzález sitúa la experiencia en Túnez en la decada de los ochenta,donde parece que la escritora se asomó al zulo donde trabajaban los africanos."Oscuros como el dolor/con lino y sed/muerte cerrada en las alfombras/trabajan los africanos lejos del aire./Te pisaré en Europa sobre el mármol/ que me prohibe la desazón de la noche./Una rama de yerba negra
cruje/en el silencio humano de la cuerdas/mientras el sudor se cuela en los interiores....."No podrían rezar nunca los hombres que trabajan a destajo en las catacumbas de la tierra y no ven la luz ni toman el aire,y mueren anónimos sin apenas haber tenido un solo minuto de calma o placer",refiere Juan Delópez al referirse a este poemario y se indigna como el que mira una escena de guerra.Juan Delópez traza en su reseña a "El zumbido del telar"una de las páginas mas hermosas que la crítica literaria jamás ha hecho y sitúa el poema de M Hilffer en la cima de una lírica que él llama "especial"por el contenido contenido de su texto a pesar de la emoción que desprende."Al fin una poesía con la pureza del retrato y el contenido de una pasión,esta escritora posee la mística de lo humano".Lo que jamás pudo sospechar este profesor es que sus observaciones sobre la austriaca iban a poner de manifiesto la gran influencia que Santa Clara de Asís ejerce en sus escritos.Lo de "la mística de lo humano"fue el inicio de una relación que se fue descubriendo y que la propia escritora reconoció.
"Una habitación propia donde poder tenderme,soñar o dormir,poder quererte,decir palabras que vinieran de la calle,nombrarte, y bajar los párpados o abrirlos al aire,ver el espacio,la luz,tu boca que se abre como una puerta.Poder irme de este telar que me teje el gris mojado de mi sangre, la oscuridad sin salida de un cuerpo olvidado",así termina la reseña de Delópez,una forma honesta de reconocer la implicación emocional en la misma crítica.