martes, 12 de febrero de 2013

La Perfecta Natalia

El cinco de diciembre de mil novecientos noventa y seis María Hilffer abandonó su casa de Viena,su trabajo y su familia,y se marchó a Madrid,a una casa en la calle Yeseros donde vivía su tía Natalia,una mujer de casi cien años que como una yerba doblada llevaba mas de dos años con el pellejo en la cama,con la piel agujereada y con tubos que salían y entraban por todos los agujeros de su cuerpo. María la cuidó durante mas de tres años,la ungió diariamente con los mejores aceites,la besó continuamente en las mejillas blancas de su cielo,le cantó los mejores versos de amor. Por la noche,al apagar la luz del cuarto de la débil Natalia,María pronunciaba su nombre para que el amasijo de huesos doblados lo oyera y pudiera sentir un hálito de vida plena en aquella decadencia. El texto “La perfección de Natalia”,publicado años después de la muerte de su tía está lleno de referentes a ese amor que desarrolló durante los años en que fue cuidadora de ella. Los biógrafos de la Hilffer mantienen que la decisión de dedicarse plenamente a cuidar de Natalia fue un acto de plena libertad y nunca una consecuencia de la conmiseración,la pena o la obligación del amor cristiano. Jgonzález llega a afirmar una opción estética,inclinada a la belleza,como motivación principal de este cuidado.”Natalia,rodillas torcidas sobre sábanas azules/manchada de saliva su carne brillante/de grasa dócil sus dedos largos/de luz sus uñas pintadas/En tu silencio mis labios aprenden/la grandeza de tu existencia/la soledad de los muebles que ahora crujen mientras duermes./Natalia que asciendes plenamente/cuando mis manos lavan tus muslos blandos./Natalia que me asciendes/en el orden de tu casa/en tu gato limpio y tu memoria./Los visillos almidonados de tu ventana/el aparador barnizado del salón/el pié transparente de tu cuerpo/tu elegante silencio que me acomoda”.El texto está lleno de imágenes donde las difíciles secreciones corporales se superan así mismas con los resultados de un cuidado intenso,esto es, la higiene extremada como acto de amor clásico,la limpieza del entorno doméstico como convencimiento de que todo cuidado verdadero ha de suceder en una casa limpia. Crema y templo,aceite y orden,perfume y piedad,nos recuerdan el cuerpo saeteado del Sebastian ungido,la sangre abdominal secada por una mano perpetua. No en vano el poema final de la Natalia Perfecta alude a los cuerpos cómplices en un solo acto,la demolición de la muerte a través de la aventura de tocar la vida en sus lechos mas arrugados.”No mires ,Natalia ,las medias guardadas de aquellas piernas/el satén mojado de tu labios/la seda de tu país./Las telas del amor están en el ropero/con tu memoria inmensa y sin tu olvido./Mira,Natalia,nuestros cuerpos entregados definitivamente/al cuidado de lo eterno”.Hay quién ha visto la culminación del amor intransitivo en la dedicación de toda cuidadora. Pero María Hilffer,lejos de una estrategia poética a lo Rilke,ejerce en la dedicación a su tía un gesto de convencimiento estético y eso lo demuestra en el poema que da título al libro”Natalia Perfecta”:”Las doce en el reloj de la sala/un día en orden en el cuarto de Natalia/tomó fruta viva que trajeron de la huerta/la señora Wins preguntó por ella/y hablamos de su sueño dulce/y de sus ojos que aún azules contemplaron/los visillos moverse/la luz plena de la calle/ y mi alegría”.

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