jueves, 14 de noviembre de 2013
El Libro de la Cañada
El estanque
El agua suena cerca
de un cuerpo cansado
de mirar a otro cuerpo.
En la orilla de las lomas,
con la boca muda
y los pies secos
de tanta pisada,
canta un zumo sereno
a la guerra de los alcaudones.
Plenitud de brazos en el bosque
de la lluvia y los arroyos,
calma universal de los tallos
frescos y los recuerdos viejos,
llanura quieta de los lagos,
arena blanda sobre el corazón de los peces.
El Queso
Una danza nocturna despierta
las bondades de la selva.
No hay razones para el silencio.
Los árboles esperan
las palabras de una sobremesa.
Sólo el queso es la victima
y lo callado.
La Carretera de las Golondrinas
El mundo es recto
y tiene ovejas que no se mueven.
Tiene retamas
como princesas que no sudan,
y piedras de arcilla
y pizarra azul
y un lago de cangrejos
y el cañaveral
que guarda la sombra verde
del amor y los sueños.
El Pozo
Al fin lo profundo son tus ojos
que miran el paisaje
de un pozo abandonado
y te devuelven la mirada.
Entonces comprendes
que allí resides tu y tu alma silenciosa
que va por la carretera
distraída de la superficie
y sabe donde puede recogerse.
El Mulo
Ojos redondos del mulo
que brilla sobre una jornada.
Importa el duelo de los cazadores
y la ira sobre una piedra milenaria.
Pero esos espejos
tienen la estancia suave
del tiempo,
el saber secreto
de estar callado éntrelas flores.
(Comentario apócrifo sobre la mirada delos mulos.Segùn mis fuentes María Hilfer lo sacó de un texto órfico,de un canto del Orfeo recienvenido de Egipto,donde tuvo conocimiento de la existencia de Moises.
(Por eso te dice la mirada/que el saber reside/en la labor callada/que resiste,/que la palabra que no elogia/es de la muerte/propiedad segura,/y que el que ama la vida/da por perdida/toda suerte/que no sea la calma/de mirar con alegría/todo cuanto sucede en la vida).
La Mantis
Como puede tu vestido
hacerte princesa
del viento y la plegaria,
puedo verte con desvelo
sobre una pared
atormentada
de azules mosquitos
que te temen.
Como eres diosa verde
de una recia letanía,
mi oración es la sed
exacta de los cielos
transparentes,
de los àngeles alados
su desnudez extrema.
El Árbol de la Pimienta
Esbelto y casi frágil
resides en un antiguo
jardín de ciruelos blancos.
Eres principalmente un texto
que ayuda a la resistencia,
con el viento rehaces
tu vida aletargada.
Melena de los suelos,
columna vertebral
de la mirada ausente.
Dócil vegetal
que al mundo cohesiona.
Naranjos
Bajo los naranjos
he llorado
por el dios herido
que no duerme.
Por sus ojos luminosos
he sentido frío,
me ha llovido en los labios,
granizado en las rodillas,
y una enorme naranja
me ha caído en el sueño.
El Moral
Estas hojas de morera
guardan huecos
donde meterse
en el verano
tú y tu pasión secreta.
Ahí reside tu plenitud,
tu nombre verdadero,
la sombra de un cuerpo
dilapidado al aire libre
como un ave grandiosa
y perdida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)